Los ingredientes que vamos a necesitar son:

Para la masa
100 gr de harina de trigo
200 ml de leche liquida
Dos huevos enteros
40 gr de mantequilla derretida
Para el relleno salado
1 pechuga de pollo
1 trocito de ajoporro o puerro
1 tallo pequeño de cebollín
La mitad de un pimentón
1 cebolla pequeña
Champiñones frescos al gusto
1/3 de taza de vino blanco
1/2 taza de crema de leche
1 cdta de cúrcuma
1 cdta de jengibre en polvo
Pimienta al gusto
Sal al gusto
Finalmente para el relleno dulce usaremos crema de avellanas y cacao.

 

 

Comenzamos con la masa.

Mezclamos huevo, leche, mantequilla y sal, todo a temperatura ambiente.

Al mezclar bien, agregamos la harina poco a poco. La consistencia dependerá de la marca de la harina, por eso agregamos poco a poco y vamos probando.

Mezclamos bien para que no queden grumos. Si quedan algunos podemos colar la mezcla.

Miren como debería quedar. Es liquida pero al mojar el borde del bowl queda un poco pegado a él.

La llevamos a la nevera y preparamos el relleno.

Cortamos el ajoporro o puerro a la mitad y luego en rebanadas.

Dejamos a un lado y seguimos con la cebolla.

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Cortamos en julianas y reservamos.

Seguimos con el pimentón. Cortamos en julianas. Me gusta usar pimentón rojo para darle un color diferente al relleno, pero si no consiguen, pueden usar cualquiera.

Ahora vamos con el cebollín, lo rebanamos delgado.

Ahora rebanamos los champiñones. Uso frescos porque me parecen mejor para este tipo de receta. Pueden usar en lata si no consiguen fresco.

Finalmente cortamos la pechuga en tiras, volteamos y volvemos a cortar para formar cubos.

Comenzamos cocinando en un wok o sartén y en suficiente aceite los cubos de pollo para sellarlos y así darle una mejor textura.

Al cambiar de color, agregamos la cúrcuma, el jengibre y la pimienta. Mezclamos e incorporamos los vegetales que cortamos.

Salteamos durante un minuto a fuego alto y agregamos un poco de sal.

Cocinamos un minuto más e incorporamos el champiñón.

Damos una cocción de un minuto más y a continuación, desglasamos con el vino blanco. Dejamos hervir hasta que evapore un poco y agregamos la crema de leche.

Mezclamos rápido para que no se nos corte y hervimos hasta que se espese ligeramente.

Retiramos del fuego y prepararemos las crepes.

En una sartén antiadherente y a fuego medio vertemos con un cucharon la mezcla. La cantidad
dependerá del tamaño de su sartén pero esto lo calcularan con la práctica.

Mientras vertemos vamos esparciendo la mezcla inclinando la sartén de un lado a otro hasta
cubrir toda la superficie.

Cocinamos hasta que los borden se despeguen cuidando de no quemar la crepe.

Para voltearla, primero verificamos que los bordes no estén pegados, luego chequeamos que el
centro también se haya despegado.

La tomamos de una orilla y con cuidado le damos la vuelta.

Miren que bonita queda. Estas crepes son suaves, especiales para darles forma cuando la
rellenemos.

Cocinamos un rato más hasta que dore ligeramente.

Al finalizar la cocción, las apilamos en un plato grande.

Podemos comenzar a armarlas. Tomamos el relleno, que es opcional, este que hice es solo una referencia. Le agregamos a la mitad de una crepe.

Hacemos un dobles a la mitad y luego otro para formar una especie de pañuelo relleno.

La podemos dejar así mismo en un plato, yo les recomiendo servir dos.

También pueden hacerlas gratinadas o dobladas a su manera.

Decoramos con perejil picado y listo. Ahora le toca a la de chocolate!

Esta la rellenamos como la salada pero con un poco menos de relleno. Cubrimos la mitad, la doblamos y untamos un poco más de chocolate para luego volver a hacer un dobles.

Si son pequeñas, servimos dos y para decorar hacemos unas líneas de crema de chocolate por encima.

Pueden también espolvorear azúcar en polvo para decorar.

Listo! Ya podemos disfrutar estas dos deliciosas recetas. 

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