Los ingredientes que necesitaremos son:

Un chorrito de aceite de oliva
300 gr de la pasta de tu preferencia
1 cebolla mediana
Un tallo pequeño de ajoporro
Una zanahoria pequeña
Un calabacín pequeño
1 tomate mediano
6 dientes de ajo pequeños
1 cucharada de ajonjolí tostado
1 cucharada de jengibre fresco
1/3 de taza de salsa de soya
Sal y pimienta al gusto
Un puñado de perejil fresco.

Comenzamos cortando la cebolla a la mitad y luego en finas rebanadas, tratando de no hacerlas tan finas para que se sientan luego de la cocción.

Ahora, cortamos el ajoporro en ruedas. Tienen que lavarlo muy bien para retirar toda la tierra que está entre el tallo.

Seguimos con la zanahoria. Las cortamos en láminas y luego, esas mismas láminas las cortamos para formar tiras delgadas.

A continuación, el calabacín. Usaremos la parte externa porque en centro tiene mucha cantidad de agua y no queremos líquido en exceso. El centro lo guardamos para otra receta.

Cortamos la piel gruesa y luego en tiras.

Todos los ingredientes que cortemos los vamos reservando a un lado para usarlos en el momento necesario.

Ahora el jengibre. Cortamos solo un poco, para perfumar la preparación. Pelamos y cortamos muy muy delgado para no sentir los trozos al morder.

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Cortamos el tomate, si no es tan rojo es mejor, porque lo usaremos casi al final de la cocción, sin
cocinarlo demasiado para poder sentir su textura.

Ahora vamos con el ajo. Cortamos fino, igual que el jengibre. A mi particularmente me gusta
mucho el sabor que da el ajo en las salsas, sin embargo, por ser solo vegetales, trato de no usar
mucho para no opacar los otros sabores.

Finalmente, cortamos el perejil lo más pequeño que podamos.

Ya tenemos todos nuestros ingredientes listos. Ahora podremos comenzar con la cocción.

Cocinaremos la pasta en agua hirviendo con sal hasta llegar al dente, el punto exacto en el que al
morderlo, se sienta la textura firme de la pasta, no lo dejen cocer de más. Al retirarlo del agua
caliente, enfriamos con agua bien fría para detener la cocción y reservamos.

En una sartén muy caliente agregamos aceite de oliva y salteamos la cebolla hasta que se
comience a tornar translucida.

Mezclamos continuamente para que no se queme la cebolla.

Incorporamos el ajoporro, mezclamos e inmediatamente agregamos la zanahoria porque es uno
de los ingredientes que más tarde en cocinarse.

Seguimos con el ajo y el jengibre. El olor que se siente en estos momentos es insuperable.

Estamos cocinando estos vegetales a fuego bien alto, mezclando siempre con cuidado para que no
se peguen a la sartén.

Agregamos el ajonjolí y el tomate, falta poco para culminar la cocción.

Reducimos la temperatura a la mitad y cocinamos un minuto.

Es hora de incorporar el calabacín y la salsa de soya. Mezclamos.

El calabacín lo agrego casi al final para que al morderlo siga crujiente.

Mezclamos todo bien y cocinamos un minuto aproximadamente.

Probamos el sabor y rectificamos sal y pimienta. Es importante probar después de agregar la salsa
de soya, ya que esta es salada.

Continuamos agregando la pasta que reservamos y mezclamos bien solo hasta que se caliente
nuevamente.

Apagamos el fuego, agregamos el perejil y servimos en un plato hondo.

Listo! Ya podemos devorarnos esta pasta con vegetales que además de ser un plato sano, es súper
fresco y rápido de hacer.