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Pastelitos de yuca

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Los ingredientes que necesitamos son:

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Para la masa:

1.5 kg de yuca o mandioca

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Para el relleno:

1 cucharada de aceite vegetal

1 talle de cebollín cortado en rodajas finas

1 cebolla pequeña cortada en cubitos

½ pimentón cortado en cubitos

½ kg de pollo desmechado

Albahaca seca al gusto

1 cdta de cúrcuma en polvo

1 cdta de ajo en polvo o fresco

Sal al gusto

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Comenzamos nuestra receta retirando la cascara de la yuca, es muy fácil, simplemente clavamos el cuchillo muy levemente en la yuca hasta llegar a un milímetro de profundidad, blandir un poco de un lado al otro y separar. Generalmente esto es fácil pero hay algunas que no se dejan pelar tan fácilmente, en este caso retírala como si pelaras cualquier fruta.

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Lava bien y lleva a hervor hasta que esté al dente, no lo dejes cocinar por completo, tiene que quedar firme, dura, no para comer de una vez sino lo necesario para poder rallarla sin que se deshaga.

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Mientras la yuca se cocina, prepararemos el relleno que es súper fácil.

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En una olla caliente, agregamos aceite y sofreiremos la cebolla y el pimentón. Cocinamos a fuego medio unos minutos hasta que la cebolla comience a transparentar.

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Agregamos el cebollín y seguimos cocinando.

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Incorporamos el pollo, que teníamos previamente cocido y desmechado. Esta es una mezcla de pechuga y muslo.

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Añadimos sal al gusto, ajo, albahaca y cúrcuma.

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Mezclamos bien y aunque no esté en la lista de ingredientes, yo añado un poco de agua para apelmazar los ingredientes. Solo un poco.

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Mezclamos y cocinamos unos minutos.

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Apagamos el fuego y retiramos del calor.

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Seguimos con la yuca.

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Fíjense como reviso, clavo un cuchillo y se nota que me está costando, no entra fácil. Este es el punto en el que las retiro del agua.

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Las llevamos a un bowl y las dejamos entibiar lo suficiente para rallar y que no nos quememos las manos. Las rallaremos en el lado más fino.

 

Ojo, es importante no dejar enfriar porque al momento de rallar se va a poner como una goma y así se hará más difícil el trabajo.

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No importa si rallan la fibra del centro, no pasa nada. Si se la pueden quitar, bien, y si no, también.

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Una vez que hayamos procesado toda la yuca vamos a agregar sal y a mezclar con nuestras manos.

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Tenemos que amasar bastante, queremos que la masa se suavice. Mientras más lisa quede la masa, mejor será la presentación de nuestras empanadas.

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Ahora tomamos la masa y hacemos una bola del tamaño de la palma de la mano. Con esta masa haremos una empanada.

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Engrasamos la mesa de trabajo y estiramos una porción de masa. Primero presionamos entre las manos y luego contra la mesa.

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Traten de hacer un círculo perfecto para que queden bonitas.

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El grosor final lo deciden ustedes. Mientras más delgada, quedará una empanada más crocant

e. Si es más gruesa, quedará un poco más blanda y suave.

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Agregamos suficiente relleno en el centro. Pueden hacerlo de lo que quieran, queso, pollo, carne, vegetales, es a su elección.

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Toman el disco de masa y juntan los bordes, doblando a la mitad. Cierran y presionan con los dedos.

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Para cerrar mejor, aprieten los bordes con la punta de un tenedor.

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Los bordes quedarán rústicos si la masa no está rallada muy delgada. Si les gusta un borde perfecto, pueden cortar el sobrante con un molde o un cuchillo.

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Las ordenamos en una bandeja y llevamos al horno a 230 grados centígrados por 40 minutos o hasta que estén doradas.

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Yo la horneo en la bandeja que está más arriba para que doren rápido porque mi horno solo calienta abajo. Si tu horno calienta por arriba y por abajo, hornea en el centro a 200 grados centígrados.

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Una vez listas, las dejamos reposar porque están muy calientes.

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Estas empanadas no quedan secas, quedan muy ricas, crocantes, suaves, sabrosas, económicas e ideales para desayunar, merendar o cenar.

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