Ghee - mantequilla sin lactosa
El único ingrediente que necesitaremos es mantequilla.
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Para hacer ghee, vamos a llevar la mantequilla a una olla a fuego
medio, dejamos que se derrita y mezclamos constantemente para
que no se queme.
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Yo estoy usando 400 gr de mantequilla. No les puse medidas
porque no hace falta, ustedes pueden hacer la cantidad que quieran,
que el procedimiento será el mismo.
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La mantequilla está conformada por grasa, agua y sólidos lácteos,
entre ellos proteínas de la leche y lactosa. Al cocinarla durante un
tiempo prolongado estos componentes se separan. El agua se evapora
y los sólidos lácteos se queman y quedan en el fondo. La grasa de la
mantequilla es lo único que queda en su totalidad. Es por esto que las personas sensibles a la lactosa pueden comer esta mantequilla con total seguridad.
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No importa si la mantequilla tiene sal, la sal va a caer al fondo junto a los sólidos lácteos.
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Luego de unos minutos vas a notar que la mantequilla se ha separado. Esto quiere decir que vamos por buen camino. En ocasiones puede ser que haya mucha espuma en la superficie, esto es normal pero si te llega a pasar simplemente disminuye la temperatura.
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Vamos a seguir mezclando, la mantequilla se irá oscureciendo, tienes que tener cuidado de no dejar oscurecer mucho porque se nos puede quemar la grasa.
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Sabremos que está listo cuando el fondo de la olla este de un tono marrón suave.
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Retiramos del fuego y dejamos que entibie.
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Colamos en un frasco limpio. Yo uso un embudo y un colador de malla fina. Hay quienes usan una tela y puedes usarla pero si lo transfieres con cuidado, no hará falta.
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En el fondo están todos los sólidos tostados. Por cierto, si quieren pueden comerlos, no pasa nada.
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Nuestro ghee quedó súper bonito, dorado a temperatura ambiente. Lo llevaremos a la nevera para conservar mejor.
El color al enfriar es beige. Queda tan rico, que me recuerda al sabor de los saladitos.
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Y esto es todo, ya terminamos nuestra receta de hoy que estuvo súper fácil.
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