Los ingredientes que vamos a

necesitar son los siguientes:

 

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Para la crema

250 ml de leche

2 yemas de huevo

60 gr de azúcar

1 cdta de vainilla

25 gr de maicena

 

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Para la base

200 gr de harina de trigo todo uso

2 cdas de azúcar

100 gr de manteca o mantequilla

2 yemas de huevo

Un chorrito de agua

Melocotones en almíbar

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Comenzamos mezclando en un bowl los ingredientes de la crema pastelera.

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Las dos yemas de huevo, vainilla, azúcar y maicena o almidón de maíz.

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A estos ingredientes le vamos a añadir solo un poco de leche para que se disuelvan mejor y no queden grumos.

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Mezclamos todo muy bien con un batidor hasta que se disuelvan los grumos.

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Llevamos a un lado y vertemos el resto de la leche en una olla.

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La llevamos al fuego a temperatura media, siempre revolviendo para que la leche no se queme.

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Una vez que salga humo de la leche, vertemos sobre el bowl en donde mezclamos los ingredientes al principio de la receta y mezclamos rápidamente mientras vertemos para evitar que se cuaje la mezcla.

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Una vez hayamos mezclado bien, devolvemos todo a la olla y al fuego para seguir cocinando.

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Aquí es importante seguir mezclando para conseguir la textura correcta. Tiene que quedar suave y sedosa.

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Cuando comience a hervir, mezclamos enérgicamente durante un minuto.

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Al pasar el minuto, retiramos del fuego.

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Llevamos a un bowl y tapamos con papel plástico. Si dejan que el papel toque la superficie de la crema, mucho mejor. Dejamos enfriar y luego llevamos a la nevera.

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Seguimos con la masa quebrada para las tartaletas.

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En un bowl mezclamos harina de trigo, manteca y azúcar.

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Vamos a mezclar con un tenedor triturando la manteca en la harina para que se formen pequeños granos parecidos a galletas molidas.

Si la manteca está fría, es mejor.

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Una vez hayamos separado toda la manteca, añadimos las yemas. Yo las añado una a una para verificar que no me pase de humedad.

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Incorporamos la siguiente y mezclamos.

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Es hora de usar nuestras manos limpias. Unimos todo tratando de no amasar. La idea es juntar la manteca y harina con la ayuda del huevo para que nos resulte una masa quebradiza, de allí su nombre. Si sienten que está muy seca, añadan un chorrito de agua, pero solo un poquito.

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Cuando tengamos todo unido, debería ser una masa compacta y lisa. Envuélvanla en un papel plástico, bolsa o le que tengas a la mano que ayude a conservar la humedad.

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Dejamos reposar la masa en la nevera durante 20 minutos.

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Al retirar de la nevera, aplanaremos la masa y para ello usaremos un papel como ayuda. Puede ser cualquier tipo de papel. Si no tienen, solo enharinen ligeramente el mesón al momento de aplanar y ya.

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Precalienten el horno a 190°C.

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Aplastamos un poco con las manos y le pasamos el rodillo hasta llegar al grosor que ustedes deseen. No muy gruesas porque se sentiría mucha masa ni muy delgada porque se rompería.

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Preparamos los moldes de su elección y los cubrimos con la masa. Pasamos el rodillo por encima para cortar la forma y separamos la masa del papel.

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Corregimos la masa en los moldes apretando con los dedos en el fondo y los lados.

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Llevamos los moldes a una bandeja hacemos huecos con un tenedor.

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Horneamos durante 25 minutos o hasta que estén dorados.

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Una vez listas, las dejamos enfriar y desmoldamos.

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Sacamos la crema pastelera de la nevera y ablandamos mezclándola muy bien con un batidor.

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Rellenamos cada tartaleta con una cuchara y reservamos a un lado.

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Vamos a cortar nuestros melocotones. Tomamos una mitad de melocotones y cortamos en rebanadas muy delgadas.

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Aplastamos ligeramente con las manos y con un cuchillo o una espátula tomamos una porción y la colocamos sobre una tartaleta. Es la forma más fácil de decorarla.

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Pueden experimentar con cada tartaleta, buscando hacer la forma que más les guste.

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También  pueden colocar cada rebanada de melocotón en forma de espiral.

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La galleta quedó perfecta, se nos deshace en la boca. La crema no es invasiva sino muy suave y los melocotones están tiernos y jugosos.