Los ingredientes que vamos a necesitar son:

400 gr de azúcar
10 gr de bicarbonato
30 gr de cacao
300 ml de leche
5 gr de colorante rojo
4 ml de vinagre
4 huevos
5 ml de vainilla
250 ml de aceite vegetal

450 gr de azúcar impalpable
500 gr de harina de trigo
350 gr de queso crema
200 gr de manteca vegetal

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Comenzamos llevando la leche a un bowl, agregamos el vinagre, el colorante rojo y mezclamos bien.

Reservamos y seguimos.

Ahora cernimos la harina en otro bowl, agregamos el bicarbonato, azúcar y cacao. Mezclamos bien y reservamos.

Seguimos, preparando el resto de la mezcla. Batimos los huevos a temperatura ambiente y mezclamos a velocidad media, agregando el aceite poco a poco.

Cuando homogenice, añadimos la vainilla y la mezcla con leche y colorante que hicimos previamente.

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La incorporamos poco a poco hasta integrarla toda.

Ahora agregamos la harina poco a poco mientras batimos.

Para esta torta, utilizaremos un molde desmontable de 25 cm. Si pueden forrar el molde por dentro con papel encerado, quedará mucho mejor, así mantendremos en bizcocho entero y no se pegará.

Precalentamos el horno a 190°C.

Añadimos la mezcla al molde y damos unos pequeños golpes contra la mesa.

Llevamos al horno durante 40 minutos.

Mientras se hornea nuestro bizcocho, prepararemos la crema con la que rellenaremos y cubriremos nuestro pastel.

Con ayuda de un batidor, mezclamos el azúcar impalpable, manteca vegetal y queso crema durante unos minutos para que se haga una crema suave y homogénea.

La llevamos a un bowl, tapamos con papel plástico y refrigeramos hasta que endurezca un poco.

Cuando el pastel este horneado lo retiramos del horno y dejamos enfriar.

Desmoldamos y cortamos la parte superior del bizcocho. Puede que el bizcocho se hunda en el centro porque hayamos abierto el horno antes de tiempo, no pasa nada, igual tenemos que cortar la parte superior para emparejar la superficie y que nos sirva para decorar.

Cuando hayamos retirado la superficie, dividimos el bizcocho a la mitad, con cuidado de cortar a la misma altura. Separamos ambas partes y con una manga pastelera rellenaremos con la crema de manteca y queso que hicimos antes.

Los bordes los hacemos con cuidado y dándole forma curva para que nos ayuda a la decoración, en el centro puede ser como prefieran, ya que eso no se verá.

Ahora vamos a colocar la otra parte encima con cuidado porque este bizcoche se rompe muy fácil ya que es muy esponjoso.

Decoramos la parte superior con más crema y podemos espolvorear las migajas del bizcocho que cortamos la primera vez, ese que quitamos para emparejar la superficie.

Listo! Fíjense que bonita queda nuestro pastel de red velvet.

Con esta receta puedes hacer cupcakes o pasteles a tu gusto, puedes variar los ingredientes para añadirle más detalles y conseguir diferentes resultados.

Cortaremos una sección para vean como queda por dentro. Recuerden que hay que refrigerar el pastel para que la crema solidifique bien, por eso se ve blanda cuando la cortamos.

Esta torta es suave, húmeda y muy sabrosa, espero que hayas disfrutado la receta.

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